En estos días tan extraños, eres mi razón. Sin ti, no la habría, porque nada de lo que está pasando es explicable. Nada tiene sentido alguno y me siento descolocada, sin argumentos, sin salida. Sólo tú…
Eres mi locura, mi pasión, mi deshonra, mi amor, mi ruina, mi todo. Todo es por ti, todo empieza y termina en ti. Brillas transparente y cegador, lleno de vida. Me miras con tus ojos de niño y veo el confín de mis pensamientos, Estás, existes, ERES. Un tiempo continuo que no para, que me llena, me provoca, me confunde, me liquida, me involucra. ERES.
Tenemos tan poco en común a veces, pero me pierdo en tus laberintos y quiero perderme. Reinvento nuevamente la que soy sólo para fastidiarte y alegrarte, para no perder el ejercicio y finalmente porque puedo. Me enseñas, diariamente. Me conmueves sin medida ni advertencia. Lloro y río. Te odio y te amo, en un carrusel interminable del que no me quiero bajar.
Te respiro por última vez este día y me doy fuerzas para ser la que no quiero, para vivir lo que no puedo y aceptar lo improcedente y para seguir amándote, a diario, con fuerza, con decisión, sabiduría y niñerías. Todos los días. Shinning on your crazy diamonds. Es todo lo que soy.