Por un tiempo sin tiempo, que parecen décadas, que parecen siglos, ella ha rumiado la noticia que su Amiga le ha dejado caer, como un pesado lastre en sus sentidos. Sin saber qué hacer, ni cómo reaccionar, enfrenta lentamente cada palabra, tratando de darle un significado distinto al que realmente tiene, como buscando una explicación que no existe, una vuelta escondida en esta extraña cinta en la que se ha convertido su vida.
¿Cómo hacer para escapar de los recuerdos? ¿Cómo hacer para compaginar todo este sentimiento, esta mezcla pegajosa y cargante que le brota por todas partes, que busca una salida, sin poder hallarla. Sólo es ella, ahora frente al espejo, tratando de poder digerir esta verdad, que no peca pero incomoda, como dicen sus amistades.
¿Qué hacer?
Intenta alejarse de todo recuerdo, de toda filiación o de siquiera una cierta asociación con él y con lo que significa. Trata.
El tiempo pasará, y este sentimiento extraño y difícil de explicar se irá transformando en una mezcla espesa y difusa, un pequeño cocimiento que además de su infinito y frágil amor, contiene desdén, contiene furia y contiene esperanza.
El tiempo pasará y con ese tiempo, las estaciones. Todo se aproximará, decantado, a una verdad más pausada y breve, menos dramática, más aterrizada.
Ella aún tiene sus libros y sabe que algún día él volverá, aunque sea a buscarlos. Ahí se verán las caras.
Ella no sabe que será más pronto de lo que espera.
Parece eh? Pero no. Tiene matices distintos, es más real incluso que la misma Pé
Ella no es penelope,no??
Esa es la razón de esta historia. La innegable influencia del tiempo y los hechos, más allá de nuestra propia comprensión
Justamente, a veces lo mejor que se puede hacer, es no hacer nada.