Sin Palabras

Han pasado los días y las semanas. Todo parece haberse acomodado de una forma novedosa y que no molesta, que pareciera que siempre estuvo allí. De amor nadie muere ha repetido ella hasta el cansancio y ha logrado creer en la premisa.

El verano, macho, tórrido y volátil se asienta en el pueblo una mañana, sin que a nadie haya pedido permiso. Todo está olvidado, todo está pasando, todo volverá a suceder.

Se acicalan las jóvenes amigas. Esa noche, la fiesta empieza temprano. El calor de la tarde las ha llenado de energía. Avanzan decididas, con olor a agua dulce, bronceador, arena y sol. El pequeño camping donde se apiñan demasiadas carpas huele a tragos trasnochados, floripondios, mate, humo y marihuana. Todos están ahí, en un crisol de ideas, modas, poses y peinados, con un mismo objetivo, vivir una vez, a todo pulmón.

Se dirigen las amigas, preparadas para lo que venga, con unas pocas monedas en el bolsillo y menos ropa todavía a la discoteca del momento, en el pequeño pueblo estival.

Ella ríe, por primera vez sinceramente, como hace rato no lo hacía. Ayudan a esa risa contagiosa las tres cervezas consumidas en la playa y las pitadas de marihuana que comparten, escondidas y apuradas.

Entran a la disco. La música ensordecedora, las luces, el humo de cigarrillo y todos sus amigos apostados en distintos lados del local, llenando los espacios, como pequeños primates estableciendo territorio.

Bailan desenfrenadas, felices, ebrias, alucinadas. Comparten más droga y más alcohol. Voy cruzando el río, sabes que te quiero… suena la canción y cantan a todo pulmón, en un paroxismo de euforia que efectivamente sólo se vive una vez.

Ella entra al baño rapidito, se acomoda el breve top y regresa a la pista. Al salir, y justo frente a ella, con su sonrisa ancha, su voz sonora y su cadena con el mapa de la tierra que juró defender, ¡frente a ella!, nuevamente la figura nítida de él, completa, palpable, ideal. Su suéter acompaña su bronceado. Ella no puede hablar, no sabe qué decir. Él la toma por la cintura y le planta un beso sonoro en su mejilla, preguntando burlón, ¿qué haces aquí tan desnudita?

Vine con mis amigas, dice ella por toda defensa y argumento. Él se acerca nuevamente y le ordena, déjate de leseras de amigas y bailemos.

Los parlantes de la disco justo detrás de sus cabezas y de pronto, la canción más en boga de ese verano, suena atronadora a sus espaldas:   No sabes cómo te deseo, no sabes cómo te he soñado….

Se abrazan y se funden en un beso.

El humo cubre su salida, los besos evitan las preguntas…

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6 comentarios en “Sin Palabras

  1. «Segun su tendencia, el amor puede dividirse, en tres aspectos de un mismo sentimiento. Eros…el amor de pareja y el cual tanto hace sufrir a los desencantados; Filos…ese amor fraternal y amigable que muchas veces suele ser mas fiel que el anterior. Y Agape…el amor universal por toda la humanidad, sin duda el más puro y menos contaminado de todos, que nos lleva a la santidad y al desarrollo integral del ser.»¿Cual es tu preferencia.?

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