Escuchan por tercera vez la seguidilla de canciones, saben que lo que han decidido no cambiará jamás el curso de sus vidas, que existen otras vidas que deberán o simplemente decidirán vivir. Salen separados. Un beso furtivo y ya está.
La escena se repetirá varias veces ese verano, el calor y la locura de la estación ayudará a asentar este amor que exuda rabioso y permanente, que se palpa en el sudor de sus espaldas, que les hará vivir juntos y desear no haberse conocido, que les hará tener un destino en común que al cabo de los años les convertirá en amantes, amigos y hermanos. Todo junto en una sola amalgama que otros llaman vida. Compartirán un sino equivalente y por lo mismo absurdo, se amarán en cada oportunidad, porque se conocen, porque lo saben y porque pueden, con rabia, con pasión, con resignación, con olvido y con el corazón. No importará quién esté de por medio, sólo esta fuerza irrefrenable les unirá miles de veces a lo largo de sus vidas, pero ellos no lo saben en este punto. Lo sabrán más tarde o tal vez ni siquiera se den cuenta…
La celebración del carnaval ha comenzado. No han acordado nada, pero irremediablemente llegarán al mismo punto de reunión. El lugar está abarrotado, miles de brazos expectantes se alzan al compás de las canciones, Muchos se besan furtivos en las esquinas y se abandonarán al terminar la noche.
Ella llega tarde pero entera, con su grupo de amigas ruidosas y desafiantes. Atraviesan el túnel que conduce al salón principal. De pronto flashes de fotografías golpean sus ojos que recién se acostumbran a esta media luz.
Ella lo divisa a lo lejos, ebrio y decidido, rodeado de sus amigos que ríen, beben, se abrazan cariñosos, en una hermandad que extraña y primordial existirá después de este día.
Bailan todos. Juntos. Por separado. Beben todos. De pronto ella siente otro flash molestoso en sus ojos, siguiendo la luz ve que él ha escondido la cámara en su bolsillo. ¡Payaso! Dice ella molestada. Él no reparará del comentario y fingirá no haberla enfocado. Ni siquiera hablan. Ese día no se irán juntos ni se verán. Han empezado a aceptar su destino como tal y no se persiguen.
Ella sale tarde y abruptamente con sus amigas, una pelea ha empezado. Alcanzan a ver nítidamente como las sillas vuelan por las cabezas de los danzantes. Es él y sus amigos, a puñetazos con quién sabe quién. Ríe fastidiada y se marcha.
Años más tarde descubrirá las fotografías en la habitación de él y se dará cuenta de muchas cosas que hasta ahora ha pasado por alto.
Dile a «capullo de rosa» que lo lea, está muy bueno.
JP las señales no se veían, había muy poca luz, el flash fue un poco desmedido y bola de cristal no hay en esta historia, that which we are, we are
A pesar de los años tu memoria es privilegiada. Hurra po ello, ya que así te diste cuenta que las cosas muchas veces no se hacen por ser ¡Payaso!. Tal como en Pinocho: «los amigos debimos ver las señales»
«Sorry, I want to say…all is well.»
«Well, old is fine.»