Miradas

Entonces, reconocí la mirada de la fotografía, aquella que por tantos años no había podido definir en mi mente, aquella que me perseguía por las noches, oculta en mis sueños. Ahora ya sabía quién era. Mi corazón dió un salto y la sonrisa iluminó mi cara. Estaba todo claro.

En paz finalmente con mi conciencia, con mis recuerdos y con esa voz esquiva que me perseguía, pude seguir durmiendo. De pronto, los ladridos en la calle me sacaron de mi descanso, levanté la cabeza y traté de aguzar mi oído. Unos borrachos discutían acaloradamente, mientras la lluvia caía. Presté atención. Miré por la ventana y entre la bruma, pude ver su cara.

ventanal

 

Anuncio publicitario