La Bufanda

Me miro al espejo en un ejercicio que casi nunca ejecuto y acomodo la bufanda que queda holgando mi cuello. Observo con atención mi semblante y veo las ojeras primeras, producto de la hora de la tarde, el cansancio y el dolor que me ha provocado la vida estas semanas. Miro con atención y reconozco tu imagen en la mía, siento tus manos en mis manos y tu olor a carbón de leña, jabón de tocador, lavanda y sol.

Claramente estás conmigo, en mis gestos, en la onda de mi pelo sobre la frente y en los ademanes apurados a la hora de partir. Te extraño infinitamente. Te extraño hoy más que nunca y miro el reloj. Son las diecisiete con treinta minutos.

Una llamada telefónica, media hora después, me explicará porqué acomodaste mi bufanda y te despediste de esa forma tan sútil y suave.

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4 comentarios en “La Bufanda

  1. Que tienen las 5 y tanto de la tarde de especial? Por que tantos eventos ocurren a esa hora que generan espectacion, tristeza, melancolia.

    Eran las 5 de la tarde cuando Ignacio Sanchez Mejias era corneado en una plaza de toros y Federico Garcia-Lorca lo hacia saber al mundo.

    Tu bufanda guardaba en si misma ese extrañar infinito… lo recogia desde tu espejo, a las 5 y media de la tarde.

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