Tu Dormitorio

Anoche entré a hurtadillas a tu dormitorio. La luz estaba apagada, la ventana, con la cortina cerrada. Oscuro y mínimo, aún tenía tu olor pegado a las paredes, arropado entre las colchas de la cama, adherido en el piso de madera, en los intersticios del techo, en mi nariz, en mis memorias.

Te añoré, mientras prendía la luz con sigilo, con la involuntaria sensación de no despertarte, pero ya te has ido y no volverás. Me senté lentamente en la cama, como lo hacía antes, guardando el espacio que quedaba de tu cuerpo y te hablé a través de mis recuerdos.

Miré tus zapatos, ordenados en filas. Tus gruesas faldas de lanilla, el abrigo color canela y las agujas colgando de coloridos alfileteros, la máquina de coser, dormida, los patrones enrrollados como periódicos viejos, las latas de galletas y chocolates. Miré el espejo, manchado con la pátina de los años y me pareció verte, peinando tus cabellos, aplicando crema a tu cara, buscando una imagen que se ha ido, maldiciendo el paso de los años, esperanzada en los que iban a venir.

La habitación aún tenía tu olor, lavanda seca, jabón de tocador, sal de mar, colonia inglesa. Los desmenucé a propósito para no extrañarte, para no llorarte. Espero que estás bien. Espero que nos recuerdas. Apagué la luz. Cerré la puerta.

15 comentarios en “Tu Dormitorio

  1. La habitación aún tenía tu olor, lavanda seca, jabón de tocador, sal de mar, colonia inglesa. Los desmenucé a propósito para no extrañarte, para no llorarte. Espero que estás bien. Espero que nos recuerdas. Apagué la luz. Cerré la puerta.

    Esto es hermoso y sin caer en cliches…la verdad son fechas donde las ausencias pegan, en mi caso la perdida de mi abue, pega demasiado en los rostros de mis familiares y dentro de mi persona.

    Gracias Chris por regalarnos este escrito… Un besito por estos lares.

  2. Precioso, gracias. El tema de los abuelos es algo de por sí precioso para mí y tú lo has desempolvado en este mediodía caluroso, pero con brisa. Gracias de nuevo.

  3. Un retrato tan delicado como siempre de la ausencia, de una persona que se ha ido para siempre, Olga quizás, pero que sigue viva y retratada, con suma precisión, através de los objetos que le pertenecieron, de los olores…
    Un abrazo

    • Anne: Olga, sí, Olga, mi Olguita. Mi querida madreabuelaamiga que se resignó a dejar de existir en el pasado junio, luego de noventa y tres años hermosos. Los recuerdos de su vida están en partes de este blog, el cariño y la gratitud hacia ella estarán siempre en mi corazón. He escrito estas líneas, como le comentaba a Eduard, única y exclusivamente por puro egoísmo.
      Ahora salió el sol en estas latitudes 🙂
      Un gran abrazo y gracias por pasar.

  4. Para morir sólo es necesario estar vivo. Los vivos sufrimos las ausencias de los muertos, nuestra idiosincrasia humana no deja encajar el hecho de que estamos de paso.
    En estas fechas suelen invadirnos recuerdos tristes en forma de sillas vacías, habitaciones en penumbra o simplemente recuerdos nostálgicos.
    Lo has descrito de forma simple y magistral, con la veteranía de las cerezas y ese estilo tan propio que te precede.

    Un abrazo.

    Michael Jackson

    • Eduard: Sin lugar a dudas, es nuestro propio egoísmo que no acepta que los que se han ido, es porque ya cumplieron su tiempo y nos aferramos con porfía a lo que han dejado atrás.
      Te agradezco infinitamente y como de costumbre tus amables elogios, más viva que nunca 🙂
      Un gran abrazo Mike

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